Las cuevas como un lugar sagrado

Cueva taína se usa aún para rituales mágico-religiosos

Personas de todas partes del país la visitan para venerar a sus Santos en busca de suerte, salud y felicidad. Las cuevas eran consideradas por los aborígenes de la Hispaniola como un lugar sagrado en el que a través de sus rituales mantenían contacto con sus dioses.

Quinientos años después, algunos dominicanos siguen visitando el lugar para practicar con derroche la religiosidad, magia y peregrinación.

Cultos y peregrinación

La cueva de La Mancha en Mana, San Cristobal, República Dominicana.

Mana, un pueblo de Yaguate, municipio de la provincia San Cristóbal, posee cavernas que presentan en muchos casos muestras de arte rupestre prehispánico. En la zona de cavernas del área protegida donde ha sido localizado uno de los más importantes hallazgos de arte rupestre de las Antillas, está la cueva “Mana”, donde cada año se hacen peregrinaciones y cultos afrocaribeños.

Centro de adoración

La cueva de La Mancha es una de las principales en el Caribe en donde los ritos se celebran sobre los petroglifos prehispánicos. En ella se encuentra 30 altares donde se realizan cultos y depositan ofrenda en honor a sus Santos.

Para acceder al lugar hay que recorrer un largo trecho por un serpenteado y empinado camino que lleva a la imponente cueva. Miles de personas de todo el país se desplazan cada año a este lugar.

La zona de la cueva donde la Santa Mana realizaba sus curaciones es precisamente uno de los lugares donde hay un grupo de interesantes petroglifos milenarios. Es este, por tanto, uno de los rarísimos lugares del Caribe donde se mantienen las tradiciones ancestrales que unen la religión prehispánica de la isla con las deidades africanas y europeas y son objeto de adoración miles de años después de haber sido instituidos, explicó el arqueólogo Adolfo López, miembro del equipo que  realiza la evaluación ecológica y cultural del área protegida, quien hizo referencia al tema en un Congreso de Arqueología realizado en el Museo del Hombre Dominicano.

Entorno cultural

La calidad y la cantidad de los petroglifos localizados es extraordinaria, y ha despertado el interés de arqueólogos, antropólogos, biólogos y  la comunidad científica. Otras cavernas en fase de estudio contienen interesantes petroglifos. Las muestras se conservan en buenas condiciones. Representan dioses prehispánicos e historias mitológicas de los antiguos habitantes Arahuacos de nuestra isla.

López contabilizó 26 petroglifos y 30 altares de vudú. La caverna, también conocida como Cueva de Mana, tiene tres entradas comunicadas por una extensa serie de salas y corredores.

En las paredes se observan algunos de los petroglifos que ya han sido alterado por los visitantes.

La Cueva de La Mancha ubicada en el corazón de una montaña al oeste de Yaguate (centro) es una caverna antiquísima compuesta por varios salones a los cuales se les han dado nombres tan peculiares como “Salón las 12 de la noche” por lo oscura que es esa parte, en los cuales se acostumbra a realizar todo tipo de ritos religiosos, especialmente aquellos relacionados con la santería y el espiritismo. En el centro de la gran sala se encuentra el altar principal de la caverna, presidido por la Virgen de Las Mercedes, a quien le brindan los mayores cultos.

La entrada principal es de grandes proporciones. Allí predomina una estalagmita (columna de piedra caliza que se forma en el suelo) rodeadas de varias cruces. Al interior de la cueva, hay dos zonas donde existen petroglifos prehispánicos además se haya un pequeño manantial que brota de entre la superficie rocosa, el cual, según afirman quienes conocen el lugar, brota un agua capaz de sanar todo tipo de males y de atraer buena suerte si se deposita dentro de él monedas de cierto valor.

Peregrinos y brujos mantienen la tradición de los shamanes ancestrales y de los behiques taínos, hasta el día de hoy. Cada año decenas de peregrinos, generalmente de Baní, han continuado su tradición al decorar la cueva con muchas pinturas relacionadas con el culto que se desarrolla en el lugar.

Los petroglifos de la cueva mantienen el patrón general de todas las cuevas del parque, las cuales refl ejan fi guras antropomorfas, principalmente caras”, expresó López.Muchos de los petroglifos están alterados. En otros casos se han pintado sobre ellos símbolos religiosos,probablemente de manera intencional”, agregó.

Centro espiritual

La cueva de La Mancha (también conocida como cueva de Mana) fue un lugar utilizado por la famosa curandera y vidente Bibiana de La Rosa para realizar sus ritos y sanaciones. El altar de Bibiana estaba en el salón central de la cueva.

El 24 de junio, día de San Juan, se celebra la peregrinación anual de diferentes comunidades a la caverna. El poblado más cercano, Boca de Mana, está situado a la orilla del cauce del río Nizao, en la ladera del monte, donde se encuentra la cueva. Los peregrinos llegan caminando desde la comunidad de Boca de Mana, subiendo el empinado sendero que lleva a la cueva que discurre por casi dos kilómetros, monte arriba, marcado de cruces de madera.

Según la tradición, el rincón en el que realizaba sus curaciones en la caverna es precisamente el lugar donde se presenta uno de los paneles de petroglifos de la cueva, muy cerca de su gran altar. En la actualidad, bajo los petroglifos se pueden observar cruces, altares y restos de ofrendas, evidentemente asociados a estas representaciones prehispánicas.

Bibiana de la Rosa

A principios de 1900, esta mujer era consultada por personas enfermas de todas partes del país y hasta de otras partes del mundo que creían en su “poder”.

De acuerdo con una biznieta de la curandera, Candelaria Bautista de la Rosa, reconocida como “Doña Popona”, su ancestra utilizaba la orina para detectar enfermedades y recetaba medicina natural. “Popona” cuenta que muchas gente puso en duda sus conocimientos, pero que hasta la iglesia Católica de ese entonces reconoció su “don” y la ayudó a construir su iglesia en 1909.

La iglesia de Bibiana todavía está en pie y es conocida como la Iglesia Nuestra Señora de las Mercedes de Bibiana de la Rosa. Está bajo el cuidado de la prima de “Popona”, doña Carmen de casi 90 anos de edad. Ella señaló que la curandera no pedía nada a cambio y le enseñó parte de sus rituales con el encargo de seguir sus obras.

Bibiana de la Rosa murió en 1925, sus restos se encuentran en la misma iglesia que ella construyó y es venerada por feligreses que creen en sus “obras”. La historia de esta reconocida mujer está plasmada en el libro del sociólogo dominicano, Dagoberto Tejeda “Mana: Monografía de un movimiento mesiático abortado”.

Allí el autor hace una reseña de algunas de las obras que caracterizaron a esta cuarandera oriunda de Baní. En el libro, Tejeda relata que personas le dijeron que para subestimar su poder le llevaban orina de animales y Bibiana lo detectaba. Además, dice que podía predecir situaciones a través de sus visiones y que hasta podía curar sin tener que estar el enfermo en cuerpo presente.

Dagoberto Tejeda explicó que durante años estuvo investigando e interrogando a decenas de personas que la conocieron y que quedó fascinado con todas sus historias.

Para mi no hay duda de que es uno de los personajes más fascinantes de toda la historia del movimiento campesino de presencia religiosa. Bibiana de la Rosa siempre estaba descalza, dormía en el suelo, no acumuló bienes y tenia unos ojos dominantes y expresivos. Ella no era como algunos de esos ahora que viven inventado cosas para quitarle dinero a la gente, ella curó a muchas personas y no cobraba”.

escrito por Arismendy Calderón, HOY – 4 Junio 2010 y Mairobi Herrera, Listin Diario – 11 Septiembre 2011

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